Crecer Cantando, Crecer Soñando: Las divas del jazz

jueves, 17 de marzo de 2011

Las divas del jazz


  
Billie

Entre las voces femeninas del jazz, la de Billie Holiday (1915-1959), constituye un caso singular por lo azaroso de su vida contada por ella misma en su famosa autobiografía titulada: "Lady Sings The Blues". En ella, Billie Holiday relata como fue su vida desde la misma infancia: violación, acusaciones de prostitución, reformatorios, alcohol, drogas, racismo, cargos por tráfico de estupefacientes, cárcel, inhabilitación para cantar y, por último, la muerte.

El valor artístico de Billie Holiday reside en su capacidad interpretativa, en su dominio del swing y en la adaptación de sus cualidades vocales al contenido de la canción. Billie Holiday transmite a sus canciones una intensidad inigualable que, en muchos casos, es fruto de una traslación de sus vivencias personales a las letras cantadas. Esta personalización de lo cantado hace que su estilo esté muy vinculado a intérpretes clásicos de blues como Bessie Smith o Ma Rainey; también está clara su deuda, confirmada por ella misma, con Louis Armstrong y, desde luego, con quien sería su principal acompañante: el saxofonista tenor y clarinetista Lester Young. El tema “Strange Fruit” fue considerado como la mejor canción del Siglo XX, por la revista “Time” en 1999.

Su muerte pareció una cruel burla del destino; moribunda e inconsciente en la cama del hospital, la policía intentó esposarla acusada de consumir heroína mientras agonizaba.


Ella

Duke Ellington: "Ella Fitzgerald está más allá de cualquier categoría".

Ella Fitzgerald está considerada como la cantante más importante e influyente de la historia del jazz (y, en general, de la canción melódica popular). Su vida estuvo también marcada por la desgracia. Durante su infancia sufrió la pobreza permanente, el abandono de su padre y la muerte de su madre en accidente de tráfico, un ambiente dramático que la llevó a pasar por reformatorios y la dejó marcada de por vida.

Estaba dotada de una voz con un rango vocal de tres octavas, destacando su clara y precisa vocalización y su capacidad de improvisación, sobre todo en el scat (un tipo de improvisación vocal, generalmente con palabras y sílabas sin sentido -skoobie-doobie, bee-bop-a-lula, dabarap -pa ra badab, boop-boop-a-doop, sorngo-n-gon etc.-, convirtiendo la voz en un instrumento),  técnica que aprendió junto a Louis Armstrong y desarrolló en los años cuarenta, anunciando el surgimiento del bop. Escucha con atención el vídeo One note samba de la lista de reproducción (nº 4) y tiembla...

Cantante insuperable de bigband, se encuentra igualmente a sus anchas en un contexto musical más reducido, en directo o en pequeños clubes, en trío con el clásico formato de piano, contrabajo y batería y ser además la mejor interprete de standars, baladas, blues, canciones infantiles o incluso de bossa-nova.
Ella Fitzgerald, falleció el 15 de junio de 1996. Su muerte, a pesar de ser esperada tras una larga enfermedad (murió ciega por culpa de la diabetes), dejó al mundo del jazz paralizado y conmovido. Con su desaparición física, se iba una cantante de jazz inigualable. Nunca nadie superó a Ella en un escenario, ni habrá nunca una cantante de jazz que cante el "scat" como ella. Su música, su voz aniñada, su vitalidad, y su capacidad para cantar swing, permanece eternamente entre nosotros.

Sara

Sarah Lois Vaughan, apodada La Divina, es junto a Billie y Ella, una de las voces más influyentes del jazz. La voz de Vaughan se caracteriza por su tonalidad grave, por su enorme versatilidad y por su control del vibrato; su tesitura le permitía saltar del registro grave al de soprano con gran facilidad. Sarah Vaughan fue una de las primeras vocalistas en incorporar el fraseo del bebop a su canto, situándolo además, en su caso, al nivel de instrumentistas de la talla de Charlie Parker y Dizzy Gillespie. Este fraseo consiste en el abandono total del jazz tradicional (anterior a 1930) y de la sonoridad vocal de los instrumentos, llevando más allá la búsqueda de sonidos afinados al estilo europeo, ya iniciada por el Swing, con una estética nerviosa, cortante y fría. El fraseo, sobre todo en los primeros tiempos, es rápido usualmente con predominio de los registros agudos de los instrumentos. Sus capacidades más destacadas son su inventiva armónica y su alto sentido de la improvisación. A lo largo de los años, su voz se fue haciendo más oscura, aunque no llegó a perder nunca su poder y su flexibilidad. Fue igualmente una maestra en el scat. La vida de Vaughan también estuvo muy ligada al mundo de la noche, el alcohol y las drogas, muriendo prematuramente a los 66 años.

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